viernes

El Señor E...






Capitulo 1. Conociendo al señor E
Recuerdo que no tenia disposición para salir, recuerdo que La música estaba un poco subida de volumen entendiendo que era una discoteca y que mi cuerpo estaba presente mas no la voluntad para estar allí, la cortina de humo que nos recibió nos dejo en medio de la pista mientras que la observación retóricamente se confabulaba en mi contra y me hicieron el actor principal de aquella obra en escena.
Y allí estaba… ojos verdes, alto, sonrisa notoria y dientes blancos, unos 25 o 26 años pensé dentro de mi, muy atractivo a la vista humana, un poco tímido pero, un ser reiterativo si de mirar se trata, no fue mas, recuerdo que se quedo muy presente en mi cabeza mientras yo imaginaba lo mal presentado que estaba mas la indisposición que traía para esos instantes; una mesa, tragos, nada de baile y una reiteración constante de aquel individuo que no se cansaba de mirar; me acompañaba una Ada, voy a llamarla así porque fue parte clave para hacer posible aquel acercamiento aunque no precisamente con una barita mágica, mi Ada hizo realidad aquel posible momento, bailamos al son de los ruidos electrónicos, lo llamo así porque nunca he entendido el porque mi cuerpo tiene ese vaivén cuando escucho ese ritmo, preguntó lo normal, mi nombre, mi edad, cosas simples, habló lo preciso, observo lo necesario, indago a su favor aquello que le permitiera conocerme y se alejo.
Las horas esta vez no ayudaron a mucho, la disco como es normal para aquellos instantes cerro a la hora indicada, mis acompañantes nocturnos hicieron lo posible para que la noche no terminara tan pronto, nos retiramos al apto de uno de ellos, cada uno tomo su cama para descansar mientras él y yo nos sentamos acompañados de unas copas a conocernos mas el uno del otro, pasadas las 4 de la madrugada recuerdo … acaricio mi rostro lentamente, yo solo disfrutaba de su recorrido terrestre, y surgió su primer beso (suspiro), no se cuanto tiempo duro ese momento solo se que disfrute muchísimo sus caricias, sus besos… después de un rato el sueño nos venció y decidimos dormir.

Capitulo 2. La triste realidad con el señor E

Recuerdo que pasaron 2 meses, salimos, quizá compartimos un café, unas buenas cervezas, unos cálidos besos, una tiernas caricias, en fin lo que normalmente pasa con aquella persona que conoces y que por cosas de la vida siempre te imaginas no algo mas que una salida. En esta parte de la historia todo quedo en silencio, nada salió como me lo imaginaba nunca entendí el porqué de su ausencia repentina…
Creo, recordando yo, que transcurrieron 5 meses, de vez en cuando le dejaba saludos en su email, pero nunca encontré respuesta alguna de ellos, al mucho tiempo recibí una refutación a uno de tantos saludos que le hice, hablamos de muchas cosas vía telefónica, su vida, sus proyectos, su familia, bueno un sin fin de temas que nos incumbían, hasta llegar al punto que me interesaba y que para mi infortunio me causo gran asombro, para la actualidad llevaba 6 meses con su pareja, alguien que conoció y con el cual afianzó un vinculo mucho mas estable que el de una amistad, reconozco que me quede sin palabras, reconozco que pensé dentro de mi todo aquello que había pasado y sentimos el silencio entre los dos, para esos tiempos vivíamos cerca, decidimos vernos, transcurrió tanto tiempo que no sabia como estaba físicamente que sin mentir lo único que no había olvidado eran sus ojos que guarde desde aquel momento en que lo conocí… al colgar la línea telefónica llegaron a mi muchas preguntas, quizá el porque de su ausencia prolongada, quizá el porque de no mirarlo como un simple amigo, quizá el porque de sus actos, quizá un que falto?...
Capitulo 3. El señor E abandono mi aldea.
Recuerdo que hace mas de 2 mes en que nos permitimos vernos, estaba un poco diferente, el con su sonrisa nerviosa, yo con mi seguridad al mirarlo, el con sus palabras directas, yo con mis respuestas evasivas, hoy en cuanto escribo este fragmento pienso en la conclusión tan extraña a lo que nos llevan los impulsos, no niego que disfrute mucho del placer de su cuerpo, no niego que cada vez que estuve a su lado experimente sensaciones que nunca antes había vivido con otra persona pero no todo cuando quieres es del todo tuyo; recuerdo que para esta instancia sigue con su pareja, ya no solo son novios viven juntos, ya no solo decidí cerrar el capitulo, sino espantar su mirada de mi cabeza y continuar…
Voy a concluir mi texto con una frase que escribía mientas pensaba en este buen RECUERDO que habito mi aldea; Hoy el señor E contribuyo a ese paraíso de las buenas cosas, Hoy el señor E recogió cuanto trajo, dispuso su maleta para levantar lo mucho que descargo y decidió comenzar nuevamente una historia. Hoy el señor E dijo adiós, lo entendí mientras me escribía por medio de nuestro comunicador virtual, dijo que llamaría, dijo que estaría ahí, pero nunca llamó.

2 comentarios:

Monchis dijo...

Hola Víctor,

Tu relato describe la situación que todos vivimos infinidad de veces, por esa manía patológica que poner nuestros ojos en quien no va hacernos caso.

Quién sabe.... tal vez es parte del aprendizaje de la vida conocer muchos inadecuados, hasta que no se sabe cómo ni de dónde aparecerá en adecuado... (pero ojos bonitos si tenía, pa´qué).

Saludos,

Anónimo dijo...

Me parece estar leyendo en mi interior.

Una persona asi no vale la pena, ni siquiera que lo guardes como un buen recuerdo porque sencillamente el iba al punto, como para variar, siempre las personas pensamos diferente, unos en el goce casual y otros en la estabilidad.

Vivir esto sirve porque se aprende, crece, uno se vuelve mejor cada vez.

Saludos.